Era una noche de luna
de un año, de un mes cualquiera,
en un silencioso estanque
una luciérnaga espera...
Estaba en un rinconcito,
tenía el rostro apagado,
buscaba a sus amiguitos
y todos se habían marchado...
¿Porqué la dejaron sola?,
tal vez su verde esmeralda
fue el principal aliciente,
de que le dieran la espalda...
La luciérnaga lloraba
triste y sola, en un rincón,
mientras las otras azules,
se divertían un montón...
Una luciérnaga azúl
de pronto se embarrancó
quedó atrapada en el lodo
y de mil modos gritó!!!...
Las luciérnagas azules
que entretenidas jugaban
estaban tan divertidas,
¡que los gritos no escuchaban!...
Y la luciérna verde
que si escuchó aquellos gritos,
salió rápido a su encuentro,
¡pidió ayuda a los mosquitos!...
Entre todos la sacaron
del barro en el que se hundía
y la luciérnaga azul,
a la verde agradecía...
Miles de luces azules
jugando están con la luna
y entre ellas, una verde
¡destaca como ninguna!...
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